Estimadas Familias en este mes, dedicado al sagrado Corazón de Jesús, queremos compartir con ustedes una oración para cada día, en un horario donde todas(os) los que puedan y quieran podamos reunirnos entorno a reflexiones del Sagrado Corazón de Jesús.
Esta oración comunitaria sería todos los días de la semana a las 21:30 horas y así en Comunidad hagamos oración por nuestras necesidades.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En cada página del evangelio, el Corazón de Jesús habla de la fe. Por la fe Jesús cura las almas, sana los cuerpos y resucita a los muertos. Cada uno de los milagros es el fruto de la fe; cada palabra suya es una incitación a la fe.
La fe es necesaria como el pan que comes, como el aire que respiras. Con la fe eres todo; sin la fe no eres nada. Con frecuencia nuestra fe es lánguida como una llama a punto de extinguirse.
Cuando en los campos, en las casas, en las oficinas, en las tiendas, se mofan de tu fe ¿sientes el coraje de defenderla sin sonrojarte? Cuando las pasiones te asaltan ferozmente, ¿Te acuerdas que con un acto de fe resultas invencible porque Dios combate por ti y contigo?
(Finalizamos pidiendo por nuestras intenciones rezando un Padre Nuestro y un Ave María, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.)
Jesús te ama… y te da su Corazón, símbolo de amor. Sobre este corazón se enciende una llama que quiere extenderse e inflamar todos los corazones. ¡Jesús te ama! He venido -dice Jesús- a traer el fuego del amor sobre la tierra y ¿qué puedo desear, sino que ese fuego se encienda?
Señor hoy entrego ante tu presencia mi corazón, reconozco que eres la luz de mi camino, en nombre de Jesús activo el resplandor de tu gloria sobre mí, te pido padre amado que comiences a llenar mi corazón de tu amor.
Oro señor para poder sentir el amor divino de tu esencia en mi vida, en este momento pongo en tus manos mi futuro, y que el amor impregne mi corazón con el amor único y perfecto.
Quiero aprender amar conforme a tu corazón Padre amado, que mi vida sea el reflejo de tu luz, y mi camino este sellado por el amor que has diseñado desde el principio para que mi vida este afirmada en tu esencia pura y perfecta de tu amor incondicional para que sea correspondido según tu perfecta y buena voluntad.
Entrego mis pensamientos, mis emociones, mis sentidos a tu disposición para que obres en ellos, y sean transformados en el poder de tu palabra para amar bajo el diseño del reino.
Mírate a ti mismo. ¿Cómo correspondes al amor de Jesús?, ¿Lo amas con todo tu corazón, con todas las fuerzas?, ¿Le rezas durante el día?
En este tiempo de pandemia ¿Sientes la presencia de Dios?, ¿Dónde?
(Finalizamos pidiendo por nuestras intenciones rezando un Padre Nuestro y un Ave María, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.)
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A Jesús no le valen las medias tintas, las almas insípidas. Él quiere cristianos solo de una pieza; tiene el corazón abierto para todos, también para los corazones más obstinados. Dios vive en nosotros y en nuestros hermanos y nos dice: “todo lo que ustedes hagan con uno de estos mis pequeños, a mi mismo me lo hacen”.
En esta pandemia: ¿De qué manera estás mostrando respeto hacia los demás?, ¿Te estás cuidando?
(Finalizamos pidiendo por nuestras intenciones rezando un Padre Nuestro y un Ave María, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.)
Los apóstoles se acercaron un día a Jesús y le dijeron: «Maestro, tú nos invitas siempre a orar; nosotros somos ignorantes, enséñanos tú”. Y Jesús siempre bueno, respondió: Cuando oren háganlo así: Padre nuestro que estás en los cielos; y les enseñó la oración del Padre nuestro. ¿Sabes por qué Jesús quiere que oremos al Padre para no dejarnos caer en la tentación? Porque Él sabía que el demonio nos tentaría siempre y quería que nosotros pidiésemos la ayuda celestial para no sucumbir a la tentación.
San Pedro corre el peligro de hundirse en las aguas y reza; la oración lo fortifica. Marta y María piden llorando ante Jesús en la hora del dolor y la oración las consuela.
Rezan los Apóstoles en el cenáculo y la oración hace descender al Espíritu Santo con sus dones celestiales.
Y tú, ¿cuándo rezas?, ¿Sólo cuando estás enfermo o cuando quieres que algo te salga bien?…
Reza siempre porque siempre tienes necesidad de permanecer junto a tu Dios.
(Finalizamos pidiendo por nuestras intenciones rezando un Padre Nuestro y un Ave María, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.)
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
¿Cuáles han sido los dos grandes deseos del Corazón de Jesús? La gloria del Padre y la salvación de las almas. Por la gloria del Padre, Jesús, con doce años, se encuentra con los doctores del templo; por su gloria recorre toda Palestina, bendiciendo y curando, y cuando llega la hora del suplicio, alza los ojos al cielo y reza: «Padre, yo te he glorificado en la Tierra donde he cumplido la obra que me has confiado. Padre, yo he manifestado tu Nombre a los hombres que me has dado. Santifícalos en la verdad. Con estas pocas palabras, Jesús explica su gran misión: Darle mayor gloria al eterno Padre y salvar las almas perdidas.»
Proponte ofrecer cada día al Señor tus acciones y hacerlas con el único fin de darle gloria, de agradarle.
(Finalizamos pidiendo por nuestras intenciones rezando un Padre Nuestro y un Ave María, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.)
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Jesús antes de morir, dio su testamento. En medio de la agonía contempla al discípulo predilecto y le dice: «He aquí a tu madre». Por su última voluntad, María se convierte en madre de todos.
Jesús, que amaba perfectamente a su madre, se mostró siempre sometido y obediente a ella. Todas las gracias del Señor vienen a ti por su mediación. Y si la estimas. ¿Cómo tratas de amarla? Un hijo que dice amar a su madre y después la ofende no es sincero; es un mal hijo.
Y tú, ¿Con que tipo obras demuestras tu amor a la Virgen?
Madre de Dios y Madre nuestra, implora al Padre de misericordia que esta dura prueba termine y que volvamos a encontrar un horizonte de esperanza y de paz. Como en Caná, intercede ante tu Divino Hijo, pidiéndole que consuele a las familias de los enfermos y de las víctimas, y que abra sus corazones a la esperanza.
Amén (Finalizamos pidiendo por nuestras intenciones rezando un Padre Nuestro y un Ave María, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.)
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
¡El Sagrado Corazón de Jesús se hace víctima por todos en la Eucaristía! Es el sol de la tierra. En la Misa no eres tú el que reza, es Jesús quien reza por ti. Es la gloria y la alabanza a la Trinidad, la alegría de los ángeles, el camino del perdón de los pecadores, la fuerza y la gracia de los justos, el refrigerio de las almas del Purgatorio, la alegría de los ángeles, el camino del perdón de los pecadores, el beneficio de la Iglesia, la medicina contra las enfermedades espirituales. San Isidro Labrador antes de irse al campo se empapaba de este bálsamo de adoración y amor.
¿Cómo vives tú la Santa Misa? En este tiempo de pandemia: ¿Has podido celebrar el día del Señor?
(Finalizamos pidiendo por nuestras intenciones rezando un Padre Nuestro y un Ave María, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.)
Domingo, los invitamos a participar de la Eucaristía a través de la siguiente página
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