Fiesta de Pentecostés

Estimada Comunidad Educativa:

Es Tiempo de alegrarnos y pedir al Señor nos envié su Santo Espíritu sobre nosotros y así poder renovar nuestras esperanzas y dar un nuevo sentido a nuestras vidas.

El  Espíritu Santo es la fuerza de lo alto, la fuerza que Dios nos brinda a los seres humanos para mantenernos en la luz y manifestar lo mejor de lo mejor de cada uno de nosotros.

Espíritu Santo, Espíritu de Dios, consuela nuestros corazones. Haznos misioneros de tu consolación, paráclitos de misericordia para el mundo. Abogado nuestro, dulce consejero del alma, haznos testigos del hoy de Dios, profetas de unidad para la Iglesia y la humanidad, apóstoles fundados sobre tu gracia, que todo lo crea y todo lo renueva.

“Qué María, madre de la Misericordia, nos ayude a abrir nuestras vidas al Espíritu Santo.
Que nos de la fuerza para comprometernos a vivir nuestra fe, a mantener la esperanza en los momentos de dificultad.
Que no nos quedemos desconcertados mirando a las nubes o esperando grandes signos.
Que nuestro mayor signo sea el que nos creamos que el Espíritu Santo está en y con nosotros y que este gozo llene nuestra vida.Que este Espíritu nos anime a superar nuestros miedos y dificultades, a descubrir las maravillas que nos rodean, a comprender a quienes se han equivocado, a perdonar a quienes nos han ofendido, a mirar a todos con los ojos misericordiosos de Dios”.

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven Espíritu Santo, envía tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus Siete Dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.

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